La suave
brisa del viento acaricia mi rostro
en un
atardecer hermoso.
Las aves surcan
los cielos
pues ya se
retiran a su feliz sueño
En el cielo
un sinfín de luces aparecen
Son las
estrellas, son ángeles que iluminan la noche.
Mostrándome
cuan infinito es el universo…
Y me veo tan
pequeña frente a la más
maravillosa
creación que ven mis ojos…
que me deja
sin aliento…
De Carmen Zulay Ontiveros Moncada
Derechos reservados
Imagen de la red
Música Instrumental
ResponderEliminarQuerida Zuly, un poema que otorga ese mirar hacia la vida misma que se recrea en aquellas almas que la aman y que consideran es esa fuente inagotable de energía y de amor.
Cariños.
Gracias mi querida Maria Cristina, me honra el que estés siempre presente. Un beso enorme desde la distancia y mil gracias
ResponderEliminarEstrella caminante que captas con noble sentimiento la belleza esplendorosa de la naturaleza, para luego compartir con tus semejantes la felicidad que te proporciona cada detalle, te doy las gracias, pues has alimentado mi alma. NAMASTE...
ResponderEliminarGracias Ligias leales por tus hermosas palabras. Un abrazo desde la distancia.
ResponderEliminarI love this poem
ResponderEliminarThank you dear friend Hilario Esteban Lopez.
ResponderEliminarMuy hermoso poema. Ese universo sobrecogedor te ha inspirado con gran acierto, querida Carmen. Besos y muy feliz fin de semanita :)
ResponderEliminarGracias querida Argonauta Dalianegra por tus hermosas palabras. Un abrazo
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